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Crianza en hormigón: una opción moderna con sabores auténticos

Crianza en hormigón: una opción moderna con sabores auténticos

Introducción:

La crianza de vinos es un proceso fundamental para la obtención de un producto de calidad. Desde hace tiempo se ha utilizado la madera como el principal material de almacenamiento para la crianza, sin embargo, esta técnica ha ido evolucionando y actualmente se han incorporado otros materiales como el hormigón, para la obtención de sabores auténticos y una mayor complejidad en los vinos. En este artículo, vamos a profundizar sobre la crianza en hormigón y cómo esta técnica puede ser una opción moderna y efectiva para la producción de vinos excelentes.

Crianza en hormigón:

La crianza en hormigón es una técnica que se ha utilizado durante varios siglos, pero recientemente ha adquirido mayor relevancia debido a su capacidad para resaltar los sabores auténticos del vino. El hormigón es un material neutro, lo que significa que no imparte ningún sabor ni aroma propio al vino, a diferencia de la madera que puede aportar notas de vainilla, especias, etc. Además, el hormigón es un material poroso y permite que el vino respire y evolucione de una manera controlada. El hormigón también ayuda a mantener una temperatura constante en el interior del tanque, lo que contribuye a una crianza más suave y equilibrada. Otro aspecto importante es que el hormigón es resistente a los cambios térmicos y a los productos químicos, lo que hace que sea un material muy duradero y fácil de limpiar.

Ventajas de la crianza en hormigón:

- Preserva la autenticidad de los sabores del vino. - Material neutro que no aporta sabores ni aromas extraños. - Permite una evolución controlada del vino. - Contribuye a una crianza más suave y equilibrada. - Mantienen la temperatura constante en el interior del tanque. - Material resistente y fácil de limpiar.

¿Cuándo es conveniente utilizar la crianza en hormigón?

La crianza en hormigón es una técnica que se utiliza en vinos jóvenes y frescos, debido a que permite preservar los sabores y aromas auténticos de la fruta. Es ideal para vinos blancos y rosados, pero también se puede utilizar para la crianza de tintos de corta a media crianza, especialmente en vinos con un carácter frutal y con poca necesidad de oxigenación. Otra ventaja de la crianza en hormigón es que se puede utilizar en vinos de alta calidad y en vinos más comerciales, ofreciendo una excelente relación calidad-precio.

El proceso de crianza en hormigón:

Para llevar a cabo la crianza en hormigón, se utilizan tanques de cemento o hormigón que son especialmente diseñados para el proceso de vinificación. Estos tanques pueden tener diferentes tamaños, formas y capacidades, y pueden ser revestidos en su interior e incluso tener un sistema de control de temperatura. Una vez que el mosto se ha fermentado, se trasiega a los tanques de hormigón para su crianza. Durante la fase de crianza en hormigón, el vino permanece en contacto con sus lías, lo que le aporta una mayor complejidad y estructura. Este proceso también ayuda a preservar los aromas y sabores de la fruta. A diferencia de los tanques de fermentación donde se permite el contacto del vino con el aire, en los tanques de crianza en hormigón se utiliza una tapadera hermética para evitar la entrada de oxígeno durante la crianza. Esto ayuda a mantener la frescura natural del vino y a evitar su oxidación.

¿Cómo influye el hormigón en el sabor del vino?

El hormigón es un material neutro, por lo que no aporta ningún sabor ni aroma extraño al vino. Sin embargo, durante la crianza en hormigón, se produce una micro-oxigenación que contribuye en el desarrollo de los polifenoles y promueve la integración de los aromas y sabores del vino. Además, el hormigón es un material poroso que contribuye a la evolución controlada del vino, lo que le permite conservar sus notas frutales y florales con mayor intensidad.

Conclusiones:

La crianza en hormigón es una técnica moderna y efectiva para la producción de vinos excelentes. El hormigón es un material neutro que no aporta ningún sabor ni aroma propio al vino, lo que permite preservar los sabores auténticos de la fruta. Además, el hormigón es resistente y fácil de limpiar, lo que lo convierte en una opción duradera y eficiente para la crianza. La crianza en hormigón es ideal para vinos jóvenes y frescos, ya que permite preservar los sabores y aromas auténticos de la fruta, pero también se puede utilizar para la crianza de tintos de corta a media crianza. En definitiva, la crianza en hormigón es una técnica muy interesante que se ha incorporado con éxito a la vinificación moderna y que ofrece una nueva dimensión a los vinos de todo el mundo.