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Fermentación maloláctica y su papel en la crianza del vino

Fermentación maloláctica y su papel en la crianza del vino

Introducción

Para entender el papel de la fermentación maloláctica en la crianza del vino, primero necesitamos conocer qué es exactamente la fermentación maloláctica y cómo ocurre. La fermentación maloláctica es el proceso natural en el que los ácidos málico presentes en el vino se transforman en ácido láctico por la acción de bacterias lácticas, como el género Oenococcus. Este proceso ocurre después de la fermentación alcohólica (la conversión del azúcar en alcohol con la acción de las levaduras), y es importante porque la disminución del ácido málico en el vino hace que sea más suave y menos ácido. A continuación, vamos a profundizar en este proceso y su papel en la crianza del vino.

La importancia de la fermentación maloláctica en la crianza del vino

La fermentación maloláctica es una parte importante de la crianza del vino. El proceso suaviza el vino y le da una textura más atractiva. Además, la transformación del ácido málico en ácido láctico es esencial para la estabilidad microbiológica del vino a largo plazo. La mayoría de los vinos tintos y algunos vinos blancos pasan por la fermentación maloláctica. Sin embargo, algunos productores prefieren evitarla en los vinos blancos, ya que puede dar lugar a notas de mantequilla y cremosas que no siempre son deseables en estos vinos.

El papel del ácido málico en el vino

El ácido málico es un ácido presenten en la mayoría de las frutas, incluyendo la uva. En el vino, es uno de los principales ácidos orgánicos y es responsable de darle al vino su acidez fresca y crujiente. Sin embargo, el ácido málico también puede ser muy dominante en algunos vinos, lo que puede resultar en un sabor demasiado ácido y poco equilibrado. En estos vinos, la fermentación maloláctica puede ser muy útil para reducir la cantidad de ácido málico y equilibrar el sabor del vino.

El proceso de la fermentación maloláctica

La fermentación maloláctica es un proceso natural que ocurre después de la fermentación alcohólica, cuando aún quedan bacterias lácticas en el vino. Estas bacterias descomponen el ácido málico en ácido láctico y dióxido de carbono, lo que resulta en una reducción de la acidez y un aumento de la riqueza en sabores. Sin embargo, la fermentación maloláctica puede ser impredecible y, en algunos casos, puede no ocurrir en absoluto. Esto puede deberse a la falta de bacterias lácticas en el vino o a la presencia de inhibidores de la fermentación maloláctica, como altos niveles de dióxido de azufre o bajas temperaturas.

Factores que influyen en la fermentación maloláctica

Hay varios factores que pueden influir en la fermentación maloláctica, incluyendo:
  • La temperatura: la fermentación maloláctica ocurre mejor en temperaturas en torno a los 20-25ºC.
  • El pH: un pH bajo (<3,3) puede inhibir la actividad de las bacterias lácticas.
  • La cantidad de bacterias lácticas: cuanto más abundantes son las bacterias, más rápida es la fermentación maloláctica.
  • El nivel de ácido málico: cuanto más alto es el nivel de ácido málico, más tiempo lleva la fermentación maloláctica.
  • La presencia de inhibidores de la fermentación maloláctica: el dióxido de azufre, las altas concentraciones de alcohol y la falta de nutrientes pueden inhibir la fermentación maloláctica.

La fermentación maloláctica en la crianza del vino tinto

La mayoría de los vinos tintos pasan por la fermentación maloláctica, ya que es una parte importante de la elaboración del vino tinto. Durante la fermentación maloláctica, el vino tinto se vuelve más suave y menos ácido, lo que resulta en un sabor más equilibrado y agradable. Además, la fermentación maloláctica también puede mejorar la estabilidad del vino al eliminar los ácidos más débiles y permitir que los taninos se ablanden. Esto puede conducir a una mayor longevidad y complejidad en el sabor del vino.

La importancia de la crianza en barrica para la fermentación maloláctica

La crianza en barrica es un proceso clave para la fermentación maloláctica en los vinos tintos. Durante la crianza en barrica, el vino está en contacto con las levaduras y las bacterias lácticas que pueden ayudar a iniciar la fermentación maloláctica. Además, la madera de la barrica puede inducir la fermentación maloláctica al proporcionar un ambiente cálido y con una alta concentración de bacterias lácticas.

La fermentación maloláctica en la crianza del vino blanco

La mayoría de los vinos blancos no pasan por la fermentación maloláctica, ya que los productores de vino blanco suelen buscar una mayor frescura y acidez en sus vinos blancos. Sin embargo, en algunos vinos blancos, como el Chardonnay, la fermentación maloláctica puede ser un componente importante de la crianza del vino. En estos vinos, la fermentación maloláctica puede proporcionar una textura cremosa y un sabor a mantequilla que son característicos de los vinos Chardonnay fermentados en barrica.

Conclusión

En resumen, la fermentación maloláctica es un proceso esencial en la crianza de algunos tipos de vino. En los vinos tintos, la fermentación maloláctica suaviza el sabor y aumenta la estabilidad del vino, mientras que en algunos vinos blancos puede contribuir a una textura más cremosa y un sabor a mantequilla. Sin embargo, la fermentación maloláctica puede ser impredecible y requiere una cuidadosa atención en la elaboración del vino. Los productores de vino deben tener en cuenta los factores que pueden influir en la fermentación maloláctica y ajustar su proceso en consecuencia para lograr el mejor resultado posible en sus vinos.